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Sol, arena y mar | Phi Phi island

Partimos rumbo a la isla en un gran barco. Durante el viaje disfrutamos del sol, el aire fresco y el paisaje. A medida que nos acercabamos a la isla, el agua era más clara y las «islas de piedra» comienzan a visualizarse en el horizonte.

Con los mejores atardeceres y miradores.

Un excelente plan es ir a ver el atardecer al mirador «View Point 2».  El camino es cuesta arriba, pero vale cada escalón, porque la recompensa es mágica.

La vida junto al Mar

Siempre he amado la playa. Para mi es sinónimo de felicidad.  Su energía, el calor, los colores y podría nombrar mil razones más. Entre todo eso están las actividades como leer, dibujar, hacer snorkel y para quienes se animen buceo, que sin duda les recomendamos hacerlo con los chicos de World Dive Center. El servicio fue excelente y la calidez humana lo hace 100% recomendable.

Llegamos el último día a la playa Shark point y la naturaleza nos regaló un momento único, peces de colores, libres y nadando junto a nosotros. ¡Emoción absoluta!

En Taxi Boat a la Isla Bamboo.

Cruzar el mar en estas embarcaciones populares y típicas del lugar, es algo que hay que hacer. Elegimos Bamboo y no nos equivocamos.  Una de las playas más grandes y virgenes que visitamos.

Eterna Juventud.

No importa la edad que tengas, están todos invitados a la fiesta. Hay bares en la playa, coloridos y con música para bailar descalzo en la arena. También hay restaurantes en el centro para quienes buscan algo más tranquilo.  Los bares a su vez tienen su atractivo, juegos y tragos los hacen una excelentente alternativa.  Y no hay que dejar de decir que de vez en cuando hay ¡Pool Party! (No tenemos fotos, porque la ecuación fiesta + agua + tragos + celular = Bad Idea).

La noche en la isla se disfruta en la playa de Loh Dalum.

El lado oscuro del cuento.

Como todo en la vida, tiene sus matices. Phi Phi es un lugar maravilloso, pero puede dejar de serlo si no lo cuidamos. Tenemos el derecho y por lo tanto la obligación de mantenerlo libre de basura. En los días que estuvimos nos encontramos con arena blanca y mar turquesa, pero tristemente había llegado una ola de basura que trajo la corriente. Todos los días recorrimos la playa y levantamos, junto a otros turistas que se iban sumando a la iniciativa, bolsas repletas de lo que puedan imaginar. Es muy triste y movilizante ver cómo estamos destruyendo nuestro medio ambiente.

Otro punto importante y no menos es que en la isla existe aún la rabia, por lo cual les recomendaría vacunarse antes de viajar. Para entrar a Tailandia te piden la vacuna de la fiebre amarilla, pero no te piden la de la rabia. Por lo cual si te pasa como a mi, de tener la mala suerte de visitando la «Monkey beach» y que un mono te lastime (nada grave, simplemente un rasguño), no solo vas a tener que inyectarte 5 veces en menos de un mes, si no que no es nada barato.  La atención médica es excelente y tienen los recursos para darte soluciones, pero es mejor prevenir que curar.

 

Somos lo que hacemos, con lo bueno y lo malo la vida va tomando forma. Enfrentarnos a los desafíos que cada paso nos tiene preparado y atesorar los recuerdos felices, nos impulsa a crecer.

Come on away!